Tensión arterial

Tensión arterial según la edad

La tensión arterial varía según los años. Descubre cuáles son las diferencias entre niños y adultos y los distintos valores de medición por edades.

Hombre mayor corriendo por la naturaleza

Tensión arterial por edades

¿Qué es la tensión arterial?

La tensión arterial es un indicador clave de la salud cardiovascular, ya que mide la fuerza con la que la sangre presiona las paredes de las arterias durante su circulación por el cuerpo. Esta se expresa mediante dos valores:

 

  • Presión sistólica: el valor más alto, que se produce cuando el corazón se contrae para bombear sangre.
  • Presión diastólica: el valor más bajo, registrado cuando el corazón se relaja entre latidos.

 

Estos valores se expresan en milímetros de mercurio (mmHg) y se muestran como una fracción, por ejemplo, 120/80 mmHg. Mantener la tensión arterial dentro de los rangos normales (menos de 120/80 mmHg en adultos) es esencial para prevenir problemas de salud como la hipertensión, que puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

 

La elasticidad arterial juega un papel importante en los valores de tensión arterial. Arterias más elásticas ayudan a mantener un flujo sanguíneo constante y reducen la presión sobre el corazón. Con el tiempo, las arterias tienden a volverse más rígidas, lo que puede aumentar la presión sistólica y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

 

¿Tengo la tensión arterial alta?

Para determinar si tienes la tensión arterial alta, es importante recordar que los valores "normales" pueden variar según varios factores, de los cuales la edad es uno de los más relevantes. En adultos, se considera que una tensión arterial saludable es inferior a 120/80 mmHg, pero esta referencia no es la misma para todos. Lo que se considera normal para una persona mayor puede ser distinto para un niño o un joven.

 

Varios factores influyen en la tensión arterial:

 

  • Edad
  • Estilo de vida
  • Enfermedades preexistentes
  • Medicamentos
  • Estrés
  • Actividad física reciente

 

Es fundamental entender que una sola medición alta no necesariamente indica hipertensión. Para obtener un diagnóstico preciso, es necesario realizar varias mediciones en distintos momentos. Además, es normal que la tensión arterial fluctúe a lo largo del día debido a diversos factores, como el estrés o el ejercicio.

 

Si te preocupa que puedas tener la tensión arterial elevada, lo mejor es que consultes a un profesional de la salud. Ellos evaluarán tu situación individual, teniendo en cuenta tu historial médico, edad y otros factores importantes. Recuerda que la hipertensión muchas veces no presenta síntomas evidentes. Por eso, es crucial realizar controles periódicos, especialmente si tienes factores de riesgo como antecedentes familiares, sobrepeso o un estilo de vida sedentario. No esperes a que los síntomas aparezcan, ya que la prevención es clave para cuidar tu salud cardiovascular.

 

Tensión arterial según edades

Tengo la tensión arterial alta?

Como es de suponer, la tensión arterial varía en función de la edad del paciente. A medida que aumenta la edad, aumenta la tensión y, por lo tanto, se incrementa el riesgo de padecer hipertensión entre las personas mayores de 65 años. A continuación, puedes encontrar una tabla con los valores de la tensión arterial que se consideran normales según la edad:

 

 VALORES NORMALES DE LA TENSIÓN ARTERIAL
SEGÚN LA EDAD

EDAD  PRESIÓN SISTÓLICA  PRESIÓN DISTÓLICA
 HOMBRE  MUJER  HOMBRE  MUJER
 16 a 18  105 - 135 100 - 130  60 - 86  60 - 85 
 19 a 24  105 - 139  100 - 130 62 - 88  60 - 85 
 25 a 29  108 - 139 102 - 135 65 - 89  60 - 86 
 30 a 39  110 - 145 105 - 139  68 - 92  65 - 89 
 40 a 49  110 - 150 105 - 150  70 - 96  65 - 96 
 50 a 59  115 - 155 110 - 155  70 - 98  70 - 98 
 60 o más  115 - 160 115 - 160  70 - 100  70 - 100 


No obstante, hemos de tener en cuenta que una medición puntual en la presión arterial que aparece elevada no quiere decir que el paciente sufra de hipertensión.


Es necesario realizar un seguimiento de la tensión arterial para determinar si se padece alguna alteración como hipertensión o hipotensión. Aunque en caso de que los valores de presión arterial excedan los 220/120 mm Hg, los pacientes tienen que buscar atención médica de forma inmediata.


A continuación, explicaremos con más detalle los valores de presión arterial que se consideran normales para cada franja de edad.

Tensión arterial en niños

Los datos normales de la tensión arterial en niños son los siguientes:

  • Niños de 0 a 1 años: la presión sistólica está entre 75 y 100. En el caso de la presión diastólica, los valores normales oscilan entre 50 y 75.
  • Niños de 1 a 5 años: los valores que suelen presentar entre 80 y 110 de presión sistólica y de 55 a 79 de presión diastólica.
  • Niños de 6 a 13 años:  los valores de presión arterial que suelen presentarse se encuentran entre los 90 y 115 de presión sistólica y de 60 a 80 en el caso de la presión diastólica.

Tensión arterial en adolescentes

Los datos normales de la tensión arterial en adolescentes son los siguientes:


Adolescentes de 14 a 19 años:
la presión sistólica suele estar entre 105 y 120; y la presión diastólica entre 73 y 80.


Esta es una edad crucial para desarrollar y consolidar hábitos saludables para evitar la aparición de problemas cardiovasculares en un futuro como, por ejemplo, realizar ejercicio físico de manera regular, tener una dieta saludable y concienciarse para evitar sustancias nocivas para su salud como el alcohol o el tabaco.


Tensión arterial en adultos

Los valores normales de tensión arterial en adultos son los siguientes:

  • Adultos de 20 años a 60 años: los valores normales de la presión arterial se sitúan alrededor de 120 en el caso de la presión sistólica y 80 en el caso de la presión diastólica.

A partir de los 50, la tensión arterial puede presentar distintos síntomas para hombres y mujeres:

  • En mujeres de aproximadamente 50 años de edad los síntomas de hipertensión pueden asemejarse a los síntomas de la menopausia (sofocos, mareos, fluctuaciones del estado de ánimo).
  • En hombres de aproximadamente 50 años la hipertensión no tratada puede manifestarse en forma de problemas asociados con la virilidad como, por ejemplo, la disfunción eréctil. Por lo que cualquier síntoma en estas edades es una señal de la necesidad de un seguimiento periódico de la medición de la presión arterial.

Para averiguar si sufres realmente problemas de presión arterial, deberás medirla al menos dos veces al día durante un periodo de siete días según las recomendaciones de la Sociedad Europea de Cardiología. Para ello, recomendamos un tensiómetro de medición precisa como Veroval® Brazo / Muñeca o un modelo como Veroval® Compact para una medición cómoda y al alcance de todos.

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Tensión arterial en hombres

La tensión arterial en hombres varía significativamente según la edad, el estilo de vida y otros factores específicos de género. Por ejemplo, los hombres experimentan un aumento progresivo de la presión arterial a medida que envejecen:

 

  • 20-35 años: Generalmente, los valores se mantienen cerca de 120/80 mmHg.
  • 35-50 años: Se observa un incremento gradual.
  • 50-65 años y más: La hipertensión se vuelve más prevalente, con tasas que superan el 60% en hombres mayores de 65 años.

 

Algunos factores específicos en hombres que contribuyen a la hipertensión son:

 

  • Hormonales: La testosterona influye en la regulación de la presión arterial. A medida que los hombres envejecen y los niveles hormonales disminuyen, el riesgo de hipertensión puede aumentar.
  • Composición corporal: Los hombres tienden a acumular grasa abdominal, lo que se asocia con un mayor riesgo cardiovascular y presión arterial elevada.
  • Estilo de vida: Factores como el consumo de alcohol, tabaco y una dieta alta en sodio son más comunes en hombres, contribuyendo al desarrollo de hipertensión.

 

Debido a los cambios que ocurren con la edad y relacionados con estos factores, los hombres tienen una mayor predisposición a desarrollar hipertensión, especialmente a partir de los 45 años. Según la Fundación del Corazón, la prevalencia de hipertensión es del 49,9% en hombres frente al 37,1% en mujeres.

Tensión arterial en mujeres

La tensión arterial en mujeres presenta características particulares, ya que se ve influenciada principalmente por las distintas etapas hormonales a lo largo de su vida:

  • Durante el ciclo menstrual, se observan variaciones en la presión arterial, ya que la presión es más alta durante la menstruación y más baja en la fase lútea (el periodo tras la ovulación, más o menos unas dos semanas después del inicio de la menstruación), cuando los niveles de progesterona son más altos.
  • Embarazo: Normalmente, la presión arterial disminuye en el segundo trimestre y vuelve a los valores previos en el tercer trimestre. Sin embargo, algunas mujeres pueden desarrollar hipertensión gestacional, requiriendo una vigilancia especial.
  • Uso de anticonceptivos hormonales: Los anticonceptivos orales pueden elevar ligeramente la presión arterial, especialmente con el uso prolongado.
  • Menopausia: El déficit de estrógenos tras la menopausia se asocia con un aumento en la presión arterial, por lo que la prevalencia de hipertensión aumenta significativamente después de los 60 años.

 

Las mujeres tienden a desarrollar hipertensión a una edad más avanzada que los hombres debido al efecto protector de los estrógenos durante la edad fértil. Además, con la menopausia también aumenta la presión arterial sistólica y en ocasiones se suman también factores de riesgo como la obesidad y el síndrome metabólico.

 

Por todas estas razones, aunque las mujeres tienden a tener presiones arteriales más bajas que los hombres en la juventud, esta tendencia se invierte después de los 60 años, igualándose en riesgo entre ambos sexos.

Tensión arterial en mayores de 60 años

Los valores normales de tensión arterial en mayores de 60 años son:


Adultos mayores de 60 años:
los valores habituales en estas edades suelen ser de 140/90 de presión arterial sistólica/diastólica. 
A partir de los 60 años, la hipertensión puede ser un problema y el seguimiento de la medición de la presión arterial ha de ser habitual y prestar atención a cualquier síntoma.


Para llevar este control riguroso puedes tomarte la tensión arterial con tensiómetros como Veroval® Duo Control, su doble medición es precisa incluso en el caso de arritmias, o Veroval® ECG, que detecta fibrilaciones auriculares, una de las principales causas de los accidentes cerebrovasculares.

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Y prepárate para medir cómo lo hace tu médico o farmacéutico.

¿Qué sube la tensión arterial? Causas más comunes

Existen diversas causas que pueden favorecer la hipertensión:

 

  • Consumo de tabaco o vapeo. El tabaco puede dañar las paredes arteriales y agravar la hipertensión arterial así como aumentar el riesgo cardiovascular.
  • Estrés. Tiene doble impacto negativo. Por un lado va ligado a las hormonas del cortisol y la adrenalina, lo que puede provocar aumentos de la presión arterial. Y por otro lado, el estrés mantenido en el tiempo puede derivar en que llevemos un estilo de vida poco saludable que tampoco nos ayudé a mantener controlados los valores de la tensión arterial que se consideran saludables. 
  • Bebidas alcohólicas. El alcohol también tiene un doble efecto negativo. Puede interferir en la medicación que estemos tomando para controlar la hipertensión así como ,a largo plazo, dañar los riñones, los cuáles son clave para mantener a raya la hipertensión.
  • Exceso de sal. Va ligado al aumento de líquido y este puede generar un aumento del volumen en sangre que al mismo tiempo puede provocar un aumento de la tensión arterial. 
  • Alimentos procesados (especialmente con muchas grasas o mucha sal). Suelen llevar muchas grasas saturadas y ser altos en sal, lo que desde luego tampoco contribuye a mantener controlados nuestros parámetros .
  • Vida sedentaria (no realizar ejercicio físico ni mantenerse activo durante el día). El corazón es un músculo y como todo músculo necesita ser ejercitado para mantener el tono y ser eficiente. Además, el no hacerlo puede provocar un aumento de peso que está identificado como un claro factor de aumento de la presión arterial.

Recomendaciones para bajar la tensión arterial

La tensión arterial es un indicador clave de nuestra salud cardiovascular. Mantenerla en niveles adecuados es esencial para prevenir afecciones cardíacas y otros problemas de salud relacionados. A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones para ayudarte a controlarla.

 

Hábitos de alimentación equilibrada: Una alimentación balanceada es la piedra angular para mantener una tensión arterial saludable. Incorporar frutas y verduras en cada comida proporciona fibra, vitaminas y antioxidantes esenciales para el bienestar cardiovascular. Es importante asegurarse de que nuestro consumo de proteínas provenga de fuentes magras, y de que las grasas que ingerimos sean saludables, como las del pescado azul, aguacate o frutos secos. De igual manera, es fundamental reducir el consumo de alimentos procesados, ricos en sodio y grasas trans. Un método útil para lograr una alimentación equilibrada es el "método del plato", que consiste en dividir visualmente el plato en secciones: la mitad para verduras, un cuarto para proteínas y el otro cuarto para cereales integrales o tubérculos.

 

Importancia del ejercicio físico: Estar activo físicamente es otra estrategia eficaz para controlar la tensión arterial. Se recomienda incorporar entrenamientos de fuerza al menos 2-3 veces a la semana, ya que ayudan a fortalecer la musculatura y mejorar la circulación sanguínea. Pero no solo se trata de ejercicios estructurados; mantenerse activo en la vida diaria también es fundamental.

 

Descanso y manejo del estrés: Descansar adecuadamente es tan importante como llevar una dieta balanceada y hacer ejercicio. Es vital intentar mantener horarios de sueño regulares, dormir entre 7 y 8 horas diarias y limitar la exposición a pantallas y luces intensas antes de dormir. El estrés, por otro lado, es una de las principales causas de hipertensión arterial. Aprender a gestionarlo mediante técnicas de relajación, meditación o, si es necesario, con ayuda profesional, puede marcar una diferencia significativa en nuestra salud cardiovascular.

Bibliografía

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