Hombres | Incontinencia urinaria
Listado de enfermedades más comunes de la próstata
La próstata es una glándula de importancia significativa en el sistema reproductor masculino. Tiene el tamaño y la forma de una nuez, y se encuentra en la parte inferior de la vejiga urinaria, rodeando la sección superior de la uretra y los conductos eyaculatorios.
La próstata tiene diversas funciones: la principal es la producción de fluido seminal, pero también ayuda a eyectar el semen con presión a través de la uretra, produce hormonas y regula el flujo urinario. Por eso, los síntomas comunes de los problemas de próstata son las dificultades para orinar y dolor durante la micción, presencia de sangre en la orina o el semen y dolor en la zona inguinal o pélvica.
Enfermedades de la próstata: las más comunes
Enfermedades más comunes de la próstata
Las patologías relacionadas con la próstata son muy habituales a medida que envejecemos, especialmente entre los hombres a partir de los 50 años. En algún momento de la vida alrededor del 8,2% de los hombres padecerán prostatitis, y el 13%, cáncer de próstata, mientras que la incidencia de la hiperplasia benigna de próstata aumenta proporcionalmente con la edad, llegando a afectar al 90% de los hombres a los 80 años. A continuación, veremos más en detalle cada una de estas tres enfermedades de la próstata habituales.
Hiperplasia benigna de próstata (HBP)
La hiperplasia benigna de próstata, o HBP, es un agrandamiento de la glándula prostática. El crecimiento de la próstata ocurre de forma natural en todos los hombres a lo largo de la vida, pero cuando esto provoca síntomas y molestias, hablamos de hiperplasia. Los síntomas de la HBP son un flujo urinario débil o interrumpido, dificultad para vaciar completamente la vejiga, necesidad frecuente de orinar y dificultad para iniciar la micción. Esta condición, además, puede aumentar el riesgo de infección de orina.
Diagnóstico de la hiperplasia benigna de próstata
La hiperplasia benigna de próstata la diagnostica el urólogo. Para ello, se basará en una combinación de historia clínica (sintomatología referida por el paciente), examen médico y otras pruebas si son necesarias.
El examen médico consiste en la palpación de la glándula prostática desde el recto, para lo cual el facultativo introducirá su dedo enguantado y lubricado a través del ano. Otras pruebas adicionales pueden incluir un análisis de orina, uroflujometría (valoración del volumen de orina que se elimina por unidad de tiempo durante la micción), ultrasonido o, incluso, una biopsia de próstata.
Tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata
El tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata puede incluir el uso de medicamentos, procedimientos mínimamente invasivos y, en caso extremo, cirugía. El tratamiento por el que se opte dependerá de las características del paciente y la gravedad de sus síntomas.
Los fármacos para la HBP se utilizan para tratar los síntomas y persiguen detener el crecimiento de la próstata y reducirla, así como relajar su musculatura para favorecer una micción correcta. Los procedimientos mínimamente invasivos, por su parte, se utilizan para destruir parcialmente el tejido de la próstata, reduciendo su tamaño sin necesidad de cirugía abierta. Pueden consistir en termoterapia, ultrasonidos y otras técnicas. Finalmente, si no se pueden obtener resultados con estas alternativas, se puede optar por la cirugía para extirpar total o parcialmente la próstata.
Prostatitis
La prostatitis es una inflamación de la próstata que puede tener distintas causas: infección, traumatismos, daños nerviosos… Los dos principales tipos son la prostatitis aguda, a causa de una infección, y la prostatitis crónica, que puede tener distintas etiologías y es más difícil de caracterizar.
Los síntomas comunes a ambos tipos de prostatitis son la dificultad, dolor y/o escozor al orinar, la necesidad de orinar con frecuencia, las molestias en zona pélvica e ingles y la eyaculación dolorosa. La prostatitis aguda, además, puede cursar con fiebre, escalofríos y malestar general.
Diagnóstico prostatitis
Para realizar el diagnóstico de una prostatitis, el urólogo analizará la historia clínica (síntomas e historial del paciente), realizará un examen médico de la próstata (examen digital rectal) y de los genitales, y finalmente solicitará algunas pruebas médicas en función de su sospecha clínica.
Las pruebas diagnósticas pueden incluir:
- Análisis de orina
- Análisis de sangre
- Análisis de semen
- Cistoscopia (visualización mediante una sonda que se introduce a través de la uretra)
- Uroflujometría (análisis del flujo de orina durante la micción)
- Ultrasonidos
- Biopsia de próstata
Tratamiento prostatitis
El tratamiento de la prostatitis dependerá del tipo de prostatitis que se haya diagnosticado:
- En las prostatitis agudas, el tratamiento fundamental es antibiótico, ya que se trata de una infección bacteriana. También se puede ayudar a reducir los síntomas con antiinflamatorios. En ocasiones, si la infección ha provocado un absceso, puede ser necesario un drenaje quirúrgico.
- Las prostatitis crónicas son más difíciles de tratar, pues la causa subyacente puede ser diversa y de difícil detección. Por eso, el tratamiento suele combinar el uso de relajantes musculares, bloqueadores alfa-adrenérgicos, ansiolíticos, masajes, baños de asiento y estimulación nerviosa o biorretroalimentación.
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en hombres, y se debe a una proliferación excesiva de las células de la glándula prostática. La mayoría de los cánceres de próstata permanecen limitados a la glándula y pueden tratarse mediante la extirpación. No obstante, en algunos casos, pueden ser agresivos y diseminarse a otros tejidos y órganos.
Los síntomas del cáncer de próstata son similares a los de otros problemas prostáticos: dificultad para orinar, flujo miccional débil, presencia de sangre en orina o semen. Algunos síntomas más específicos del cáncer son la pérdida de peso no intencionada, el dolor de huesos y la sensación de debilidad general.
Diagnóstico cáncer de próstata
Durante un primer diagnóstico, el urólogo tratará de determinar ante qué tipo de problema prostático se encuentra, por lo que realizará una historia clínica, un examen digital rectal y, probablemente, análisis de orina y de sangre. En el análisis de sangre se determinará la presencia de PSA, un marcador específico de cáncer de próstata.
En una segunda fase de estudio, se realizará una biopsia de próstata. Esta prueba consiste en la obtención de una pequeña cantidad de tejido prostático mediante punción transrectal o transperineal. Este tejido se analizará en laboratorio para obtener información sobre la presencia de cáncer y, en caso de ser positivo, el tipo y estadio de desarrollo.
Tratamiento cáncer de próstata
El principal tratamiento para el cáncer de próstata consiste en la cirugía para eliminar parcial o totalmente la próstata. No obstante, según la ubicación y estadio del mismo, puede optarse por radioterapia, crioterapia o quimioterapia. En ocasiones, según la caracterización del cáncer que se realice, puede ser necesaria una terapia hormonal para detener la proliferación de las células cancerosas.
Finalmente, en caso de cáncer benigno o de crecimiento lento, se opta por la observación o vigilancia activa, es decir, se realizan controles periódicos para evitar o retrasar los tratamientos más agresivos, especialmente en hombres con otros problemas graves de salud o de edad avanzada.
Síntomas de las enfermedades de la próstata
Como hemos visto, los síntomas habituales y comunes a los problemas de próstata incluyen:
- Dificultades para orinar, iniciar la micción o vaciar completamente la vejiga.
- Como consecuencia de lo anterior, necesidad de orinar más frecuente, que puede ser especialmente evidente durante la noche.
- Flujo miccional débil o interrumpido.
- Molestias al orinal y/o al eyacular.
- Presencia de sangre en orina o semen.
- Dolor en la zona pélvica, ingles, testículos o perineo.
Dado que estos síntomas pueden indicar desde una patología benigna a un cáncer agresivo, es importante acudir a un urólogo que realice el diagnóstico adecuado para poder acceder al tratamiento necesario. Asimismo, mantener unos buenos hábitos y unas revisiones de rutina ayudarán a mantener una buena salud de la próstata.
Prevención de las enfermedades de la próstata
De entre los factores que pueden desencadenar una enfermedad de la próstata, la predisposición genética y la edad no se pueden controlar. Sin embargo, hay otros factores que sí dependen del estilo de vida y los hábitos:
- Mantener un peso saludable y un estilo de vida activo.
- Evitar estar sentado durante demasiado tiempo, ya que esta postura ejerce presión sobre la próstata.
- Mantener una buena higiene genital que prevenga infecciones.
- Utilizar preservativo, ya que las enfermedades de transmisión sexual pueden ocasionar prostatitis.
- Acudir a las revisiones periódicas con el urólogo, así como consultar ante cualquier síntoma, aunque sea leve.
En resumen, las enfermedades de la próstata pueden tener causas, diagnósticos, tratamientos y gravedad muy diferentes entre sí, aunque los síntomas pueden ser muy parecidos y difíciles de diferenciar si no se cuenta con el asesoramiento y las pruebas médicas adecuadas. El urólogo será nuestro principal aliado para mantener y controlar el estado de salud de la próstata.