Tensión arterial

Cómo leer la etiqueta de información nutricional

Aprender a leer el etiquetado nutricional es fundamental para detectar la calidad del producto. Descubre en este artículo las partes de la etiqueta y la información que contiene.

Mujer en el supermercado lee el etiquetado nutricional trasero de un jugo de frutas

Cómo leer la etiqueta nutricional

Cómo leer la etiqueta de información nutricional

 

Aprender a leer el etiquetado nutricional es fundamental para poder saber realmente qué estamos echando en nuestra cesta de la compra, y, por tanto, lo que vamos a comer.

 

Además, con unas pautas básicas podremos detectar la calidad del producto rápidamente, así como su contenido en sal, para poder elegir las mejores opciones.

Partes del etiquetado nutricional

Hay dos aspectos básicos en los que fijarse en la etiqueta de información nutricional, que se encuentra en la parte exterior del envase del producto:


Lista de ingredientes

En esta parte de la etiqueta, se encuentran enumerados los ingredientes que componen el producto.


Los ingredientes se reflejan por orden de aparición de mayor a menor, por lo que los más importantes o que encontraremos en más cantidad son los primeros de la lista (los 3-4 primeros ingredientes).


En esta lista, además de los ingredientes principales, podremos conocer si el producto lleva o no sal añadida, azúcar añadido, o qué tipo de grasa (aceite de oliva, aceite de girasol, aceite de palma…), entre otros.


Normalmente, la sal se encuentra en los últimos puestos porque su aporte es menor que el de otros ingredientes.


Tabla de composición nutricional

La otra parte de la etiqueta es la tabla nutricional, en la que podremos conocer el valor energético, el aporte de sal y el aporte del resto de nutrientes (hidratos de carbono, grasas, fibra y proteínas), respecto a:

 

  • Cada 100 gramos (1ª columna), que se utiliza para poder comparar entre productos similares o para conocer el porcentaje de ese nutriente sobre el total del producto.

  • Porción recomendada de producto (2ª columna).

La recomendación es que el aporte de sal no supere los 0,6-0,7 gramos por cada 100 gramos de producto; es decir, entre un 0,6% y un 0,7%, si es un producto de consumo relativamente habitual. Si es un producto de consumo muy esporádico, este dato es menos relevante.



Por otro lado, más de 1 gramo de sal por cada 100 gramos de producto (más de un 1%) es considerado una cantidad muy elevada.

Cuidado con los productos bajos en sal

Actualmente, existen en el mercado numerosos productos que indican ser bajos en sal, reducidos en sodio, o incluso sin sal.


Al encontrar este tipo de productos en el supermercado, pueden surgir ciertas dudas, así que aquí explicamos qué significan cada una de estas indicaciones:


  • Si un producto es BAJO EN SAL, significa que no lleva más de 0,12 gramos de sal por cada 100 gramos de producto (menos de un 0,12%); es decir, que contiene una cantidad muy baja.

  • Si un producto indica ser SIN SAL, significa que no lleva sal o que no lleva más de 0,005 gramos por cada 100 gramos de producto (0,005%), una cantidad ínfima.

  • Si un producto es REDUCIDO EN SODIO O SAL, significa que lleva un 25% menos de sal que un producto similar. Por ejemplo, si encontramos esta indicación en una lata de atún en aceite de oliva, sabremos que lleva un 25% menos de sal en comparación con otras latas de atún en aceite de oliva.


    Sin embargo, que un producto sea bajo en sal, sin sal o reducido en sal, no significa que sea saludable o recomendable para una persona con hipertensión, ya que puede ser igualmente un producto insano no recomendable.


Para saber si un producto es recomendable en una dieta hipertensa, hay que leer la etiqueta completa, puesto que puede ser muy alto en azúcar u otros ingredientes perjudiciales para la salud.



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