Tensión arterial
¿Qué productos podemos tomar para sustituir los productos con sal?
Hay que presentar especial atención a la cantidad de sal que consumimos y buscar sustitutivos a los alimentos con más sal. Te mostramos cómo.
Alimentos sustitutivos a productos con sal
Un cambio en la dieta: buscar alimentos con menos sal
Para tener una dieta equilibrada y que nos evite problemas cardiovasculares en un futuro, debemos buscar sustitutivos a los productos con sal. Muchas veces consideramos que los productos altos en sal son aquellos que a simple vista sabemos que son salados, pero no siempre se cumple así. La sal se esconde donde menos te lo esperas. Los productos dulces también son una importante fuente de sal, a veces similar a los salados, aunque al paladar nos sepan azucarados y no salados. Muchos productos dulces potencian su sabor con sales añadidas, lo cual puede hacer que la estemos consumiendo sin darnos cuenta.
Se puede dar el caso de un ejemplo comparativo entre unas galletas dulces y un queso semicurado salado, donde mirando el etiquetado nutricional podremos comprobar que la diferencia de sal es ínfima, pese a que el queso se clasifique como “salado a moderar”, y las galletas no se clasifiquen así. Además, el queso semicurado y curado puede ser saludable siempre que se consuma en cantidades moderadas, mientras que las galletas no lo serían.
Recuerda que no solo debemos cuidar la dieta para controlar la tensión arterial, también es necesario acompañarla de ejercicio regular para controlar la hipertensión.
Alimentos a controlar si no quieres sufrir hipertensión
Hay una gran cantidad de alimentos que ya de por sí contienen sal en proporciones no recomendables para la tensión, sin añadirle nosotros sal de mesa. Si quieres cuidar tu corazón, deberás controlar su presencia en tu dieta y sustituirlos por alimentos más recomendables.
Uno de los primeros productos que hemos de aprender a controlar son las carnes procesadas. Dentro de este grupo encontramos el fiambre, como, por ejemplo, el jamón cocido, la mortadela o el jamón de pavo; el embutido como el chorizo, el fuet o el salami; y las carnes procesadas tipo hamburguesas, salchichas o albóndigas. En medida de lo posible deberá reducirse el consumo de carne y evitar las carnes preparadas como las mencionadas anteriormente.
La comida industrial es otro de los puntos que deberemos abordar y reducir drásticamente en nuestra dieta. Hablamos de productos precocinados o preparados como: lasaña, croquetas, fritos, pizzas... y los snacks de bolsa como patatas fritas o frutos secos tostados con sal. Por supuesto, la comida rápida (hamburguesas, alitas de pollo rebozadas, kebab…) tendría que estar entre los productos más controlados y prácticamente eliminados de cualquier dieta que pueda considerarse sana. También deberemos tener cuidado con los panes industriales como el pan de molde, los colines o las tostas. Ve a tu panadería de confianza y pregunta por pan natural sin sal.
Cuando llega el verano podemos tener la tentación de tomar gazpacho, pero tenemos que tener especial cuidado con aquellos de brick que contienen altos niveles de sal. Lo mismo pasa con los purés y sopas preparadas. No hay nada como preparártelos de manera completamente casera en tu cocina, ¡es muy sencillo!
Otro grupo de alimentos que deberemos tener muy controlados son las conservas y los ahumados. Dentro de este grupo encontramos productos que obviamente tienen un alto contenido en sal como el pescado enlatado, latas de mejillones, anchoas, mojama, salmón ahumado y quesos (sobre todo curados y semicurados). No obstante, también encontramos otros productos no tan obvios como los botes de conserva de verdura y legumbres: aunque bastará con enjuagarlos bien con agua.
Y, por último, y más importante, la sal. En cualquiera de sus variedades. Tendremos que controlar mucho su uso. Además, existen variedades mejores que otras.
Alimentos sustitutivos a productos con sal
¿Entonces qué puedo comer? Te estarás preguntando. Que no cunda el pánico, si bien es cierto que seguir una dieta sana estricta para cuidar nuestra tensión puede hacerse cuesta arriba, verás que hay muchísimos alimentos con los que hacer platos variados, ricos y saludables.
Como en cualquier dieta sana y equilibrada, las frutas, las verduras y las hortalizas de todo tipo cobran protagonismo. Guíate por aquellas que sean de temporada. Por otro lado, también puedes comprar conservas de verduras (lavadas y desaladas) y bolsas de ensalada o de verduras congeladas para calentar, recuerda en ese caso que no esté precocinadas en aceite.
Las legumbres son otro alimento que puedes comer, incluso aquellas en conserva, pero, como hemos mencionado anteriormente, deben lavarse y enjuagarse bien para desalarlos. Las patatas y los tubérculos también están permitidos, pero cuidado cocinándolas: los fritos y la sal no son bienvenidos.
Tampoco tienes por qué renunciar del todo a la proteína animal, el pescado y la carne fresca pueden ser una buena opción de vez en cuando. También se permiten los huevos y los lácteos, exceptuando los quesos.
Los frutos secos y las semillas también entrarían en una dieta sin sal, siempre controlando el etiquetado, que no sean fritos ni tengan sales añadidas. En cuanto a los cereales, mejor optar por cereales integrales y es necesario fijarse en los valores nutricionales; preferiblemente opta por cereales poco procesados.
Por último, también podemos fijarnos en los productos “bajo en sal” o “sin sal” del supermercado, pero deberemos fijarnos muy bien en la etiqueta y valorar el resto de ingredientes y valores nutricionales. Si tienes dudas consulta cómo leer el etiquetado nutricional de los ingredientes.