Prevención de contagios
Diferencias y similitudes entre virus, bacterias y hongos
Aunque aparentemente virus, bacterias y hongos puedan parecer lo mismo, cada uno de ellos tienen unos comportamientos diferenciados. Descubre en qué se parecen y en qué se diferencian estos microrganismos.
Diferencias en virus, bacterias y hongos
Los virus
Los virus están en la frontera de lo que se considera un ser vivo, pues no pueden realizar ciertas funciones por si solos, como reproducirse, por eso a menudo se considera que no están vivos. Para poder cumplir con estas funciones vitales necesitan un huesped, es decir, una célula en la que poder desarrollarse y replicar su material genético, multiplicándose por todo el organismo e infectándolo. Por ello, los virus se consideran agentes infecciosos.
Los virus pueden transmitirse a través de los fluidos corporales, el agua, el aire, los alimentos, o bien a través de vectores, es decir, animales, normalmente artrópodos, portadores de virus. Por ejemplo, un mosquito puede transmitir un virus a una persona o animal a través de su picadura.
Un ejemplo de transmisión por fluidos es el de los virus respiratorios que, al toser, se distribuyen por el aire contagiando a otras personas e impregnando objetos. Si otras personas tocan estos objetos, a su vez, pueden propagar el virus a través del contacto por las manos.
Es importante mantener una correcta higiene de manos con productos desinfectantes de manos, que ayuden a eliminar los virus evitando así su propagación. |
Las bacterias
Las bacterias se componen de una sola célula, pero a diferencia de los virus cumplen con 3 funciones básicas:
- La nutrición que permite al ser vivo crecer y se desarrollarse a través de los nutrientes necesarios.
- La relación que responde a la interacción entre seres vivos, lo que les permite recibir y responder a la información y los estímulos externos para sobrevivir.
- La reproducción que permite que el ser vivo se multiplique y haga crecer su especie.
Se trata de microorganismos unicelulares, es decir, están formados por una única célula de tipo procariota. Este tipo de célula se caracteriza por tener un material genético simple que carece de núcleo.
Su método de transmisión es a través del agua, de partículas en suspensión en el aire (estornudos o tos), de alimentos u objetos, principalmente por contacto. Para evitar su propagación lo más recomendable sería vigilar las condiciones de almacenaje y limpieza de los alimentos que se consumen crudos, evitar beber agua que no estemos seguros de que sea potable, y una vez más mantener las manos limpias y desinfectadas.
Algunas bacterias pueden causar enfermedades, como gastroenteritis, otitis, neumonía o caries; es lo que se conoce como patógenos. Nuestro sistema inmune es el principal encargado de combatir estas bacterias. Pero, puede que en algunos casos sea necesario también el uso de antibióticos. Es importante recordar que un mal uso de los antibióticos puede generar resistencia bacteriana, por lo que nunca debemos tomarlos sin receta o supervisión médica.
Pero no todas las bacterias son malas o causan enfermedades. Hay presencia de bacterias en la mayor parte de nuestro organismo que, lejos de causar infecciones, nos ayudan a mantenernos sanos. También hay alimentos, como los yogures o el queso, que se elaboran a través de la fermentación gracias a las bacterias.
Los hongos
Los hongos forman un reino propio, es decir, no se clasifican como animales o vegetales, aunque sus células son eucariotas (el material genético está compartimentado en el núcleo). Algunas especies de hongos microscópicos pueden causar infecciones.
Existen diferentes tipos de hongos según su estructura. Algunos son unicelulares, como las levaduras, pero la mayoría son pluricelulares, es decir, están compuestos por muchas células que se agrupan formando unos hilos llamados hifas que forman su estructura reproductiva, como es el caso de las setas.
Los hongos se nutren mediante un proceso de descomposición de la materia orgánica y, a partir de ahí, absorben los nutrientes necesarios. Estos nutrientes que descomponen también sirven para alimentar a otras plantas y seres vivos. Este tipo de hongo descomponedor, como es el caso del moho, es imprescindible en los procesos vitales de los ecosistemas.
Los hongos, o sus esporas, suelen encontrarse en el aire, en las plantas y en el agua. Algunos de estos hongos son comestibles como los champiñones, las trufas o las setas; ¡cuidado porque los hay que son tóxicos! Y también pueden encontrarse en alimentos como el queso.
Por otro lado, existen algunos hongos que pueden producir enfermedades en la piel, las mucosas o los pulmones, habitualmente en zonas que se mantienen húmedas. Su transmisión, principalmente, se da por contacto.
Pero también, han servido a lo largo de la historia para descubrir medicamentos, como el caso de la penicilina. Los hongos producen una sustancia antibiótica que se ha utilizado como medicamento para combatir infecciones bacterianas.
Similitudes de los virus, bacterias y hongos
Encontramos dos principales similitudes entre los virus, las bacterias y los hongos:
Todos ellos pueden causar enfermedades en otros seres vivos.
Su transmisión es a través de los fluidos corporales, el agua, los alimentos y, en ocasiones, un vector.
Diferencias entre los virus, bacterias y hongos
Existen varias diferencias entre estos organismos:
- El tipo de estructura o célula: Los virus están formados por una cápside que encierra su material genético, mientras que las bacterias y hongos forman células, procariotas en el caso de las bacterias y eucariotas en el caso de los hongos.
- Su tamaño: Mientras que los virus están formados por unas pocas proteínas, las bacterias son células procariotas muy pequeñas y los hongos son células eucariotas mucho mayores.
- Los antibióticos sirven para curar enfermedades producidas por bacterias, los antivirales para las víricas y los antifúngicos para las que son producidas por hongos. No obstante, como es mejor prevenir que curar, en el caso de los virus siempre que sea posible, la vacunación, y para evitar contagios de microorganismos en general, mantener una buena higiene y desinfección de manos.
Utilice los biocidas de forma segura. Lea siempre la etiqueta y la información sobre el biocida antes de usarlo.