Prevención de contagios
Diferencias entre vacunas para alergias y para infecciones
Las vacunas frente a las alergias y frente a los microorganismos son muy diferentes. En este artículo veremos las diferencias entre tipos de vacunas.
Tipos de vacunas: diferencia entre vacunas para alergias y vacunas para infecciones
Aunque en ambos casos hablamos de vacunas, la inmunización frente a microorganismos y la terapia con vacunas contra la alergia son dos tipos de medicinas muy diferentes.
En el primer caso, hablamos de vacunas para prevenir la infección provocada por virus o bacterias que actúan por inmunización, es decir, reforzando el sistema inmunitario para que reconozca adecuadamente estos microorganismos, evitando el desarrollo de la enfermedad o haciendo que sea más leve.
En el segundo caso, es un tratamiento médico o inmunoterapia que consiste en reducir la respuesta inmunitaria ante los estímulos alérgicos. Para ello, se administran pequeñas cantidades de antígeno (la sustancia que provoca la respuesta alérgica) de forma creciente durante un periodo largo de tiempo.
Por tanto, se trata de dos aproximaciones terapéuticas muy diferentes, aunque por la forma de administración (en inyectable o solución oral) y su acción sobre el sistema inmunitario se les llame a ambas con el nombre de vacuna.
¿Qué son las vacunas contra la alergia?
Las vacunas para la alergia son un medicamento que se inocula mediante inyección o gotas orales para tratar a largo plazo de reducir o eliminar los síntomas de las alergias. También reciben el nombre de inmunoterapia.
La inmunoterapia contiene pequeñas cantidades de alérgeno, la sustancia que provoca la reacción alérgica. Al inicio del tratamiento la cantidad de alérgeno inoculado es muy pequeña, y se va incrementando paulatinamente a lo largo del tiempo. En un periodo de unos meses a varios años, el sistema inmunitario se va “acostumbrando” a la presencia de estos alérgenos, reduciendo su respuesta y, por tanto, la reacción inflamatoria asociada a la alergia.
¿Qué contienen las vacunas contra la alergia?
Algunos de los alérgenos que pueden contener estas vacunas, en función de la alergia que se padezca, son extractos de:
- Polen
- Esporas de moho
- Pelo de animal
- Ácaros del polvo
- Veneno de abeja o avispa
¿Quién puede usar vacunas contra la alergia?
Las personas que se pueden beneficiar del uso de vacunas antialérgicas son quienes presentan alguna de estas características:
- Tienen síntomas muy acusados o peligrosos, por ejemplo, si les provocan una inflamación repentina de las vías respiratorias.
- Padecen otras patologías que agravan los síntomas alérgicos, como asma o eccema.
- Tienen especial sensibilidad a las picaduras de insectos.
- Sus síntomas se presentan durante la mayor parte del año.
- Tienen problemas con el uso de los medicamentos antialérgicos comunes, como por ejemplo falta de eficacia o efectos adversos molestos o graves.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que las alergias alimentarias no se pueden tratar con vacunas para la alergia, y tampoco están recomendadas si se toman ciertos medicamentos o se padecen afecciones cardiacas.
Consulta con tu médico alergólogo para que te ofrezca una información adaptada a tus circunstancias y necesidades.
Tipos de vacunas para prevenir infecciones
La inmunización contra microorganismos o vacunas inmunizadoras son medicamentos preventivos, es decir, actúan antes de que se produzca la enfermedad. Su objetivo es preparar al sistema inmunitario ante una eventual infección producida por virus o bacterias.
El funcionamiento de las vacunas inmunizadoras consiste en “mostrar” al sistema inmunitario cantidades pequeñas y seguras de extractos o partículas enteras de virus o bacterias inactivos. De este modo, el sistema inmunitario aprende a reconocer y atacar la infección si más adelante se ve expuesto a ella, reduciendo su virulencia o, incluso, evitando completamente el desarrollo de la enfermedad.
Las vacunas son una de las principales herramientas en la prevención de infecciones y contagios, junto con las medidas de higiene y desinfección.
En la actualidad existen cinco tipos de vacunas:
- Vacunas inactivadas: Se obtienen mediante una técnica que aísla el virus o bacteria de que se quiere proteger y se inactiva mediante el uso de sustancias químicas, calor o radiación. Esta es la técnica que se utiliza para obtener por ejemplo la vacuna de la gripe o de la poliomielitis.
- Vacunas atenuadas: Estas vacunas se obtienen mediante una técnica similar a la arriba descrita, solo que en este caso el virus se mantiene activo, aunque debilitado. Como ejemplos tenemos las vacunas del sarampión, la rubeola o la varicela. Estas vacunas pueden no ser adecuadas para personas inmunodeprimidas, por eso siempre se debe seguir el consejo médico antes de inmunizarse.
- Vacunas basadas en vectores víricos: La técnica de los vectores víricos consiste en introducir un fragmento específico del agente patógeno en un virus inocuo que sirve de transporte. De este modo, el sistema inmunitario entra en contacto con el fragmento que provoca la respuesta inmunitaria sin riesgo de infección. Como ejemplo tenemos la vacuna del ébola.
- Vacuna de subunidades antigénicas: A pesar de su nombre técnico, este tipo de vacunas es la más sencilla: consiste en inocular directamente los fragmentos específicos de virus o bacterias patógenos (“subunidades antigénicas”) para provocar la respuesta inmunitaria. La mayoría de vacunas que se aplican a bebés y niños son de este tipo: la vacuna de la tos ferina, del tétanos o de la difteria son algunos ejemplos.
- Vacuna de ácidos nucleicos: Se trata de las conocidas como “vacunas de ARN” cuyo desarrollo permitió la inmunización masiva contra el virus de la Covid-19. A diferencia de los métodos arriba explicados, estas vacunas consisten en la introducción de una “plantilla” con instrucciones para fabricar proteínas específicas del virus contra el que nos queremos inmunizar. De esta forma, son nuestras propias células las que fabrican la proteína en cuestión, alertando así al sistema inmunitario, y no es necesario que el virus real intervenga en ningún momento.
¿Cuándo hay que vacunarse?
A lo largo de la vida ocurren diversos momentos en los que se aconseja vacunación, además de las eventualidades que pueden surgir, como ocurrió durante la pandemia por Covid-19 en la que se vacunaron indistintamente casi todos los grupos de edades.
Las etapas vitales en las que existe recomendación de vacunación para diversas enfermedades son:
- Los bebés y niños durante la primera infancia, momento en el que reciben la primera inmunización y algunos recordatorios de las principales vacunas.
- En la pubertad y adolescencia se reciben recordatorios de las vacunas contra la difteria, tétanos, tosferina y enfermedad meningocócica, así como la inmunización contra el virus del papiloma humano (VPH).
- Durante el embarazo se recomienda la vacunación contra la gripe estacional y una dosis recordatoria contra la difteria, tétanos y tosferina, con el objetivo de que el bebé reciba anticuerpos desde antes de nacer.
- En personas mayores de 65 años se recomienda la vacunación anual contra la gripe y una dosis recordatoria de las vacunas contra la difteria, tétanos, tosferina y enfermedad neumocócica.
Consulta aquí el calendario de vacunación del Ministerio de Sanidad para conocer cuáles son las vacunas y recordatorios recomendados por edad.