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Incontinencia urinaria de esfuerzo: causas, tipos y tratamiento

La incontinencia urinaria de esfuerzo es una afección que puede causar pérdidas de orina involuntarias durante ciertos esfuerzos o movimientos físicos. Afecta principalmente a mujeres y es más frecuente con el avance de la edad, aunque también puede darse en mujeres jóvenes, especialmente después del parto o en aquellas con un estilo de vida activo.

Mujer con ganas de orinar

Incontinencia urinaria de esfuerzo: causas, tipos y tratamiento

Síntomas de la incontinencia urinaria de esfuerzo

Este tipo de incontinencia se caracteriza por la pérdida de pequeñas cantidades de orina durante actividades que incrementan la presión abdominal, como:

 

  • Realizar ejercicio físico que involucre el levantamiento de peso
  • Estornudar
  • Reírse
  • Tener relaciones sexuales

La intensidad de los síntomas varía de una persona a otra y puede ir desde ligeras pérdidas hasta episodios más significativos. Es crucial consultar a un especialista si se experimentan estos síntomas para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.


¿Por qué ocurre la incontinencia urinaria de esfuerzo?

La incontinencia de esfuerzo sucede cuando los músculos del suelo pélvico, que soportan la vejiga y la uretra, se debilitan o se tensan. Estos músculos son esenciales para mantener la continencia urinaria. Una debilitación puede ser causada por embarazo, parto, sobrepeso o cirugía. Mientras que una tensión excesiva del suelo pélvico, es decir, hipertonía, se refiere a un exceso de tensión muscular que impide la relajación normal de los músculos.


Debilitación de los músculos del suelo pélvico

La debilitación de los músculos del suelo pélvico puede tener un impacto directo en la continencia urinaria, ya que estos músculos son fundamentales para el soporte de la vejiga y la uretra. Cuando estos músculos están débiles, no pueden contraerse efectivamente para mantener la orina, especialmente durante esfuerzos como toser o levantar objetos pesados, lo que puede resultar en incontinencia urinaria de esfuerzo.

 

Factores que contribuyen a la debilidad del suelo pélvico incluyen:

 

  • Obesidad: El exceso de peso incrementa la presión sobre el suelo pélvico.
  • Inactividad física: La falta de ejercicio específico puede llevar a una disminución de la tonicidad muscular pélvica.
  • Tabaquismo: Fumar puede afectar la salud de los tejidos conectivos y muscular.
  • Cambios reproductivos: El embarazo y el parto pueden estirar y debilitar los músculos pélvicos.

 

Es vital adoptar hábitos saludables para mejorar y mantener la fuerza del suelo pélvico. Una dieta balanceada, rica en nutrientes esenciales, junto con una rutina de ejercicios regulares, como los ejercicios de Kegel, puede ayudar a preservar la función del suelo pélvico.


Hipertonía del suelo pélvico


La hipertonía del suelo pélvico se refiere a la tensión excesiva de los músculos pélvicos, una condición que impide su relajación normal y puede conducir a síntomas como la incontinencia urinaria. Este aumento del tono muscular puede ser resultado de una variedad de factores, entre los que se incluyen alteraciones hormonales, episodios de estrés y ansiedad prolongados, o como consecuencia de intervenciones quirúrgicas.


Es fundamental que los individuos que sospechan de hipertonía del suelo pélvico busquen la evaluación de un fisioterapeuta especializado en esta área. Este profesional puede ofrecer un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado para aliviar los síntomas.


En ocasiones, puede haber incertidumbre sobre si la hipertonía del suelo pélvico es la causante de la incontinencia. Otros síntomas que pueden coexistir y ayudar a reconocer esta condición incluyen:


  • Dificultad o dolor durante las relaciones sexuales.
  • Infecciones urinarias que se presentan de manera repetitiva.
  • Estreñimiento crónico.
  • Dolor persistente en la zona lumbar, a menudo asociado con contracturas musculares.

Grados de incontinencia urinaria de esfuerzo

La incontinencia de esfuerzo se clasifica en grados según la severidad:


  • Leve: Pérdidas al realizar grandes esfuerzos físicos.
  • Moderada: Pérdidas con actividades cotidianas como toser o reír.
  • Severa: Pérdidas de orina en reposo o con cambios de postura.

Tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo

El tratamiento para la incontinencia urinaria de esfuerzo puede variar desde métodos conservadores hasta procedimientos quirúrgicos, en función de la gravedad y el impacto de los síntomas en la calidad de vida del paciente.

 

Los cambios de hábito son a menudo el primer paso en el tratamiento conservador y pueden incluir:


  • Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre el suelo pélvico.
  • Realizar ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos pélvicos.
  • Evitar el tabaquismo, que puede afectar la fuerza de los tejidos del suelo pélvico.
  • Controlar el estreñimiento con una dieta rica en fibra para prevenir el esfuerzo durante las evacuaciones intestinales.

 

Estas medidas no solo ayudan a mejorar los síntomas de la incontinencia urinaria de esfuerzo, sino que también contribuyen a la salud general del suelo pélvico.

 

En cuanto al tratamiento quirúrgico, existen diversas opciones que un especialista puede recomendar, como las cintas suburetrales o los dispositivos de soporte pélvico. Estas opciones se consideran cuando los tratamientos conservadores no han resultado efectivos o cuando la calidad de vida del paciente se ve seriamente afectada.

 

Es crucial que cualquier tratamiento sea discutido y supervisado por un profesional de la salud, ya que el enfoque adecuado dependerá de las circunstancias individuales de cada paciente. Además, es importante que los pacientes reciban educación sobre la incontinencia urinaria de esfuerzo y sobre cómo los tratamientos propuestos pueden ayudarles a gestionar o resolver esta condición.

 

En resumen, la incontinencia urinaria de esfuerzo es una condición manejable y, con el enfoque correcto, los pacientes pueden experimentar una mejora significativa en su calidad de vida. Además, en el mercado existen numerosos productos que hacen más llevadera esta condición, como las compresas femeninas Lindor® Lady o los protectores masculinos Lindor® Men.  En caso de que los síntomas persistan o empeoran, es esencial buscar la opinión de un especialista que pueda ofrecer un tratamiento personalizado y adaptado a las necesidades del paciente.

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