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Cómo la obesidad agrava los síntomas de la incontinencia

Los estudios lo demuestran: un menor peso tiene un efecto positivo sobre el cuerpo y la incontinencia urinaria. La grasa del vientre, en particular, ejerce presión sobre la vejiga y aumenta las ganas de orinar.

Mujer y hombre con sobrepeso haciendo senderismo

Obesidad e incontinencia urinaria

Cómo la obesidad agrava los síntomas de la incontinencia

 

El exceso de peso corporal es una de las causas más comunes de la incontinencia de esfuerzo, tanto en hombres como en mujeres. Se ha demostrado que la pérdida de peso puede ayudar a reducir significativamente o incluso eliminar los síntomas de la incontinencia urinaria y la incontinencia fecal.


Descubre las causas de esta conexión y lo que puedes hacer para aliviar el cuerpo y la vejiga.

Cómo aliviar los síntomas de la incontinencia

Si se ha acumulado demasiada grasa corporal, ésta pone a prueba las funciones y los procesos del organismo. En el caso de la grasa abdominal, la zona interior de la cavidad abdominal también se ve afectada, ya que, esta grasa interior ejerce una mayor presión sobre los órganos, incluida la vejiga. 

  

La presión en la cavidad abdominal interna se contrarresta con la fuerza muscular del suelo pélvico. Sin embargo, si la presión es demasiado alta, por ejemplo, al toser, estornudar o hacer esfuerzo físico, los músculos no pueden soportarla. Esto provoca una fuerte necesidad de orinar y posiblemente una pérdida incontrolada de orina. Por ello, los síntomas de incontinencia urinaria aumentan con el peso. 

  

El embarazo, los cambios hormonales durante la menopausia y el aumento de la edad debilitan además los músculos del suelo pélvico. Por lo tanto, la vejiga está cada vez más expuesta a una mayor presión dentro del abdomen.

  

Pero hay buenas noticias: puedes entrenar específicamente los músculos del suelo pélvico y reducir así la presión de la grasa corporal sobre la vejiga. 

 

 

¿A partir de qué peso se considera sobrepeso u obesidad? 

El índice de masa corporal (IMC) suele utilizarse como medida del peso corporal. El sobrepeso se define como un índice de masa corporal superior a 25 kg/m². Este valor lo alcanza un adulto con una altura de 170 cm y un peso de 72 kg. Según la Sociedad Española de Obesidad, un índice de masa corporal superior a 30 kg/m² se considera un grado de obesidad I a III.


Cómo calcular tu IMC

La fórmula para calcular el IMC es peso (kg) dividido entre altura (m2).Obtendrás un valor que idealmente se encuentra en el rango de 18,5 a 24,9 para adultos de 20 años o más.


Si mides 175 cm y pesas 85 kilos, calcularías tu IMC de la siguiente manera: 85 dividido entre(1,75 x 1,75) = 27,8. A los 40 años, esto te haría tener un ligero sobrepeso.


Una desventaja del método del IMC es que las personas muy atléticas obtienen un índice IMC demasiado alto debido a una masa muscular significativamente mayor, sin que realmente haya grasa abdominal interna que aumente la presión en la vejiga.

 

Además del índice de masa corporal, el patrón de distribución de la grasa en el cuerpo también desempeña un papel importante. Como explica el profesor de medicina Alfred Wirth (1), una acumulación de grasa en la zona abdominal es especialmente perjudicial para la salud y a menudo también puede identificarse como la causa de la incontinencia. Los médicos hablan aquí de grasa visceral. Existe un mayor riesgo para la salud en las mujeres a partir de unos 88 centímetros de perímetro abdominal, y en los hombres a partir de 102 centímetros.

 

Opciones de tratamiento y terapia por parte del médico de confianza 

En principio, el médico debe sopesar siempre los riesgos individuales tras un examen físico, ya que constantemente se añaden nuevos hallazgos a la evaluación de la obesidad. El médico proporciona información experta sobre los últimos resultados y métodos de tratamiento. Por ejemplo, no hace mucho tiempo se consideraba que tener un ligero sobrepeso era beneficioso para la salud. Entretanto, esta opinión ha sido ampliamente refutada por otros estudios. (2) 



Por ejemplo, un estudio dirigido por Nikolaus Marx, director de la Clínica de Cardiología, Neumología, Angiología y Medicina Interna Intensiva del Hospital Universitario de Aquisgrán, ha demostrado que el riesgo cardiovascular aumenta incluso con un índice de masa corporal (IMC) que, en general, se considera saludable (3).Cuanto mayor sea el plus de grasa corporal, más graves serán las consecuencias para la salud y el esfuerzo para la vejiga.

 

Mejora de la incontinencia mediante la reducción de peso

Según un estudio de la Universidad de California de 2009, las pérdidas involuntarias de orina en las mujeres disminuían significativamente cuando perdían algunos kilos:

 

Pérdida de peso Reducción en las pérdidas de orina no controladas
8 Kg -47%
1,5 Kg -28%

 

En el siguiente estudio titulado "Pérdida de peso para tratar la incontinencia urinaria en mujeres con sobrepeso y obesidad se pudo demostrar que cada kilo perdido ayuda a aliviar la incontinencia. (4)

Además, lo contrario también es cierto: con el aumento de peso, también aumenta la incontinencia. Por lo tanto, es conveniente ajustar el peso corporal lo mejor posible al peso normal del individuo. Por el bien de tu salud y de tu vejiga.

 

 

Perder peso: tedioso, pero factible 

Perder peso es la forma más eficaz, pero también la más tediosa, de combatir la incontinencia.


Los principales pilares son:

  • Un lento cambio en la conducta alimentaria: En general, la ingesta de energía procedente de la comida y la bebida debe ser menor que la energía consumida. Esto significa comer menos calorías y gastar más. Como resultado, el cuerpo reduce su peso.

  • Acompañado de movimiento: Las personas que tienen limitaciones para caminar también pueden realizar pequeños ejercicios mientras están sentadas. Cualquier tipo de actividad es útil, siempre que se realice de forma regular y continua. Sin embargo, se aconseja a las personas con incontinencia de esfuerzo que no hagan footing, ya que las sacudidas agravan las pérdidas de orina incontroladas durante la actividad.

  • Asegúrate de entrenar tu resistencia y de fortalecer los músculos. Estos también consumen más energía durante los períodos de descanso y, por lo tanto, te ayudan automáticamente a seguir perdiendo peso.


Sin embargo, cada cuerpo es diferente y, sobre todo, en el caso de ciertas enfermedades como la diabetes, debemos prestar especial atención a la alimentación. Por lo tanto, asegúrate de obtener el apoyo de tu médico o de un nutricionista especializado. Esto también garantizará que no pones en riesgo tu salud durante el proceso de pérdida de peso y que consigas un éxito duradero.

 

Cómo contrarrestar los efectos negativos de la obesidad en la incontinencia

Para aliviar la incontinencia de esfuerzo, hay que reducir mucho el exceso de peso. Los ejercicios del suelo pélvico también pueden ayudar a aliviar los síntomas. Con constancia y un buen trabajo se puede mejorar el tono de la vejiga y mejorar el control de la incontinencia.


También existen muchas otras formas de incontinencia, como la incontinencia de urgencia -a menudo denominada vejiga irritable- o la incontinencia refleja, que están menos asociadas a la obesidad y requieren un tratamiento diferente o adicional. Ante la duda siempre debes consultar a tu médico. 

Entrenamiento del suelo pélvico para la incontinencia relacionada con el sobrepeso

Hay varias formas de tratar la incontinencia relacionada con el sobrepeso o la obesidad. Además de perder peso, el entrenamiento específico del suelo pélvico también puede ayudar a fortalecer los músculos que controlan el vaciado de la vejiga. Gracias a estos ejercicios, los músculos del suelo pélvico pueden volver a soportar mejor el aumento de la presión en el interior del abdomen, incluso al realizar un trabajo físico o levantar objetos pesados.

 

La electroestimulación de los músculos del suelo pélvico puede servir de apoyo. Sin embargo, sólo funciona si el suelo pélvico se entrena regularmente. Lo mejor es que un fisioterapeuta te apoye y te guíe durante el entrenamiento.

 

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Fuentes nuevas

(2) StamatinaIliodromiti, Carlos A Celis-Morales, Donald M Lyall, Jana Anderson, Stuart R Gray, Daniel F Mackay, Scott M Nelson, Paul Welsh, Jill P Pell, Jason M R Gill, Naveed Sattar, The impact of confounding on the associations of different adiposity measures with the incidence of cardiovascular disease: a cohort study of 296 535 adults of white European descent, European Heart Journal, Volume 39, Issue 17, 01 May 2018, Pages 1514–1520. Disponible en: https://academic.oup.com/eurheartj/article/39/17/1514/4937957  

(4) Subak, L. L., Wing, R., West, D. S., Franklin, F., Vittinghoff, E., Creasman, J. M., Richter, H. E., Myers, D., Burgio, K. L., Gorin, A. A., Macer, J., Kusek, J. W., Grady, D., & PRIDE Investigators. (2009). Weight loss to treat urinary incontinence in overweight and obese women. The New England Journal of Medicine, 360(5), 481–490. Disponible en: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa0806375